En el rectificado, como en todas las operaciones de fabricación, lograr soluciones óptimas requiere equilibrar cuidadosamente todos los factores involucrados. Pero con demasiada frecuencia, los fabricantes se centran en crear un proceso perfecto sin tener en cuenta todo el entorno de producción. En realidad, obtener unos acabados de superficie excelentes va de la mano con prácticas que prolongan la vida útil de la máquina rectificadora, y aquí hay cinco maneras de lograrlo:

1. Prevención de problemas con soluciones preventivas: el primer paso de cualquier proceso de optimización exhaustivo incluirá la estandarización de las prácticas de mantenimiento preventivo. Un proceso de rectificado es tan bueno como la máquina en la que se ejecuta, y si la máquina se avería, también lo hace la productividad de su taller. Al evitar los problemas antes de que comiencen con el mantenimiento regular de la máquina, no solo obtendrá los mejores resultados posibles con cada rectificado, sino que también evitará tiempos de inactividad inesperados que desperdiciarán todos sus esfuerzos de optimización.

2. Respete sus herramientas: la fabricación de precisión requiere herramientas de precisión, y las muelas abrasivas no son la excepción. Las muelas sin desbastar y sin acondicionar pueden desguazar fácilmente las piezas o aumentar drásticamente el tiempo necesario para alcanzar el acabado superficial requerido. El mantenimiento regular de la muela también ayuda a evitar daños en el husillo, protegiendo así su inversión en la máquina rectificadora. Lo ideal es que su solución de aderezado y acondicionamiento pueda encargarse de ambos procesos en la propia máquina, un ahorro de tiempo que aumenta la productividad de forma significativa.

3. Invertir en tecnología de refrigerante: no basta con añadir refrigerante a un proceso cuando se buscan formas de mejorar la productividad. El refrigerante también requiere mantenimiento, pero para obtener los mejores acabados de superficie y una larga vida útil de la máquina, vale la pena invertir en un sistema que tenga una filtración eficaz, un cambio sencillo que pueda crear importantes ganancias de productividad. También puede considerar un enfriador de refrigerante por las razones del consejo número cuatro.

4. Encuentre la temperatura adecuada: la temperatura es una parte crítica del proceso de fabricación, y la máxima productividad requiere un control preciso de la temperatura en todo el entorno de producción. Para obtener la máxima precisión y rendimiento, el refrigerante debe enfriarse a la temperatura recomendada por el fabricante y el entorno de mecanizado en sí debe controlarse para mantener una temperatura similar. Lo ideal es que el refrigerante y el aire circundante estén a ±1 °C.

5. Anote todo: está bien solucionar un problema una vez, pero si la solución no se anota en ninguna parte, es solo una cuestión de tiempo antes de que tenga que resolverlo de nuevo. Unas buenas prácticas de registro de mantenimientos garantizan que una vez que haya llegado a un proceso que produzca el acabado superficial ideal, podrá recrearlo una y otra vez, y al tener una rutina sólida, podrá minimizar las variables inesperadas y mantener las mejores prácticas para minimizar los riesgos para la propia máquina rectificadora.